Decálogo para un Plan de Reconstrucción post-coronavirus

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Desde la Asociación para la Transición Energética, queremos manifestar el convencimiento de que sí podemos aprovechar esta ocasión y nuestro apoyo decidido a las empresas y a las administraciones públicas que deben liderar este movimiento, en España y la Unión Europea.

La emergencia sanitaria está requiriendo una dedicación intensiva de tiempo y recursos que hace difícil dedicar los esfuerzos necesarios para preparar el futuro. Lo mismo va a suceder con la siguiente fase de emergencia social, pero desde instancias como la Unión Europea se comienza a elaborar una guía de salida con elementos fundamentales como la necesidad de poner en marcha un plan de reconstrucción económica que permita una recuperación sólida y sostenida de las economías europeas, aprovechando sus ventajas competitivas, fomentando la innovación y un uso eficiente de los recursos, empezando por los naturales. 

Se propone el ‘Pacto Verde’ como el marco adecuado para abordar las inversiones necesarias en esta etapa. Pero también es necesario definir las bases sobre las que se asentará la nueva política industrial, la dinámica de los diferentes sectores productivos y los cambios que deben producirse en materia regulatoria.

En este sentido, a nuestro entender, los elementos que deben componer el esfuerzo de la reconstrucción son:

  1. Determinar los sectores estratégicos que deben ser tractores de la recuperación y la reindustrialización sostenible. Entre ellos, la energía y la digitalización.
  2. Potenciar aquellos segmentos de mercado, empresas y ecosistemas de innovación que en los sectores energético y digital son esenciales para preparar el futuro.
  3. Priorizar los servicios básicos que deben ser reforzados a partir de las nuevas tecnologías: sanidad, justicia, agroalimentación o seguridad y defensa. También las industrias de servicios desde la banca y los seguros al turismo, pasando por la construcción y el automóvil.
  4. Poner en marcha planes de transición y reconversión de diferentes sectores que deben prepararse para cambios muy sustanciales en la demanda, la organización del trabajo y la competencia, como la universidad y la enseñanza en general, los sistemas de comunicación y entretenimiento, el deporte, etc.
  5. Establecer políticas bottom-up transversales de sostenibilidad, de des-carbonización y de digitalización bajo un principio de seguridad jurídica e incentivos a la inversión e innovación.
  6. Descarbonizar rápidamente toda la producción de electricidad, desarrollar la electrificación del transporte por carretera y del transporte urbano y de hogares y negocios.
  7. Colocar al sector energético en el centro de todos los demás sectores de la economía y en la vanguardia y liderazgo de la construcción de la nueva realidad.
  8. Poner al ciudadano y a la empresa en el centro de las iniciativas de recuperación. Una prueba de fuerza de las sociedades modernas que requiere la participación de todos. Una movilización que requiere de discursos y liderazgos convincentes. De políticas claras. De participación social.
  9. Movilizar recursos públicos y privados para establecer planes eficientes de los incentivos económicos, fiscales y crediticios necesarios para acometer cambios estructurales ambiciosos.
  10. Reestructurar las  Administraciones Públicas y empresas que deben enfrentarse a sus propias iniciativas de transformación, ajustando sus organizaciones y procesos a las exigencias de la nueva realidad.

La tarea es inmensa, y el paisaje post-pandemia es difícil de prever, con muchas diferencias entre las regiones del mundo y por tanto diversidad de agendas y prioridades. Ante el posible rebrote de ideologías reaccionarias y contrarias al progreso es necesario encontrar objetivos positivos en los que focalizar la salida de la crisis

En la Asociación creemos que no hay mejor objetivo positivo que el de frenar los efectos del cambio climático y evitar que nuevas catástrofes naturales destruyan nuestra civilización.