Naturgy, IFM y las lecciones del caso Endesa

naturgy-ifm

El Consejo de Ministros autorizó el pasado 3 de agosto, con condiciones, la inversión del fondo australiano IFM en la sociedad española Naturgy. Esta operación es una muestra de la confianza de los inversores internacionales en la transición energética en España, así como en la solidez de su tejido económico. 

Además, los pasos que se han dado en el “caso IFM – Naturgy” demuestran que se ha tenido en cuenta el peligroso precedente de Endesa, cuando una guerra de OPAs, azuzada desde el poder político, desencadenó en 2009 en la toma de control de la compañía por la italiana Enel. España perdió un activo estratégico de primer orden, y Endesa comenzó a responder a otros intereses empresariales. El consumidor, como bien saben en las Islas Canarias, ha sido en muchos casos el perjudicado. 

En este caso todo empezó el 26 de enero de 2021, cuando IFM remitió a la CNMV el anuncio previo de una oferta pública voluntaria parcial de adquisición sobre un máximo del 22,68% de Naturgy. La operación del fondo australiano IFM necesitaba autorización ex ante en virtud de la Ley 19/2003, de 4 de julio, sobre régimen jurídico de los movimientos de capitales y de las transacciones económicas con el exterior.

Naturgy e IFM

IFM es un fondo global de infraestructuras, cuyos principales inversores son fondos de pensiones australianos que gestionan el ahorro de los trabajadores. Tiene participaciones en otras empresas españolas y europeas. Hasta ahora, ha venido gestionando con una orientación de largo plazo y unas políticas exigentes en materia de buen gobierno, transparencia y sostenibilidad social y medioambiental.

En cuanto a Naturgy, antigua Gas Natural, cuenta con infraestructuras críticas en el aprovisionamiento y distribución de gas natural y realiza actividades reguladas en energía y gas. 

Es, en consecuencia, totalmente lógico que la operación se someta a condiciones, con unos objetivos claros y razonables: la permanencia de la sede, la actividad y una parte significativa de la plantilla -más de 10.500 empleos- en España, la garantía de una gestión financiera prudente, el apoyo a las inversiones fundamentales para la transición energética y el mantenimiento de la negociación en Bolsa, con las obligaciones de transparencia que eso conlleva. 

Llama especialmente la atención otro condicionante marcado por el Consejo de Ministros: el apoyo de IFM a una política de dividendos prudente, que tenga muy en cuenta las fuertes inversiones que requiere la transición energética. Parece que el ejemplo de Endesa, tan generosa en sus dividendos -con Enel, su matriz, como gran beneficiada-, ha estado muy presente. 

La operación ha seguido el proceso legal establecido, habiéndose notificado a la Comisión Europea, en el marco del procedimiento de cooperación sobre escrutinio de inversiones extranjeras, sin que se hayan recibido observaciones. Asimismo, ha recibido el 27 de julio de 2021 el informe favorable de la Junta de Inversiones Extranjeras (JINVEX). Ahora, tras la autorización por parte del Consejo de Ministros, la oferta deberá ser aprobada por la CNMV.

(Imagen: naturgy.com)